La estatua que representa al mar Tirreno es una de tantas que custodian al monumento romano de dimensiones monumentales levantado en honor al primer rey de la Italia unificada, Vittorio Emanuele II, quien fuera último rey de Cerdeña y el primer rey Italiano. Su construcción fue inaugurada en 1911 y fue terminada en 1935. En su momento generó mucha polémica puesto que para su realización hubo que destruir muchas ruinas de la Roma antigua. A lo largo del tiempo ha tenido varios significados. Inicialmente fue el edificio que representaba una religión a la patria pero durante la segunda guerra mundial llegó a ser una exaltación de la idea de una nueva Italia fascista. Cuando el régimen totalitario cayó, se le disoció de esa simbología para convertirse finalmente en el Altar a la Patria.